Es poco probable que los vecinos de barrio Candiotti Norte -de la ciudad de Santa Fe- sepan que ese anciano de tono amable, a quien ven habitualmente jugando con el nieto en la puerta de su casa o haciendo las compras como un ciudadano común y corriente, viola la ley cada vez que atraviesa la puerta de su casa, en calle Maipú 1973, casi en la intersección con Alvear.
Diario Uno de Santa Fe/Nicolás Lovaisa /
Es que ese hombre, que está muy cerca de cumplir los 80 años, no es precisamente un santafesino más: ocupó un importante lugar en el esquema de la represión ilegal de la última dictadura militar y es uno de los procesados por cometer crímenes de lesa humanidad en la ciudad durante los años de plomo.
Tras un largo y paciente trabajo de investigación, Diario Uno de la capital provincial pudo comprobar que Nicolás Correa viola sistemáticamente el beneficio de la prisión domiciliaria.
La ley establece que los mayores de 70 años, al igual que los enfermos graves, pueden hacer uso de ese beneficio por razones humanitarias. Pero también advierte que quien lo "quebrantare injustificadamente" deberá regresar a una cárcel común.
Según se pudo comprobar, Nicola -tal como lo llaman algunos vecinos- salió de su domicilio sin ningún tipo de permiso judicial tanto el domingo 12 como el viernes 17 de noviembre de 2006. En ambas oportunidades lo hizo en horas del mediodía, pudiendo ser registrado en imágenes como resultado de una obstinada guardia fotográfica.
La rutina de Correa no difiere mucho de la de cualquier hombre de su edad. Recibe la visita de su hija y de su nieto todos los días. Va a la verdulería y hace las compras, y si en el camino se cruza con algún vecino, se detiene a charlar. Sale a pasear y también es común verlo apoyado sobre las pequeñas rejas de entrada a su casa, en horas de la tarde, disfrutando del sol o del aire libre, ventajas de las que ya no podrá gozar si la Justicia toma como elementos probatorios las fotografías que aquí se publican y el testimonio del equipo periodístico que realizó la investigación.
Este caso guarda similitud con el protagonizado en abril del año pasado por el represor Pascual Oscar Guerrieri. En ese momento, el juez federal Ariel Lijo decidió revocar el beneficio del arresto domiciliario al ex jefe del Batallón 601 de Inteligencia y jefe del centro clandestino Quinta de Funes, luego de que el programa de TV Caiga Quien Caiga filmara al coronel retirado en la vía pública. El magistrado sumó como pruebas los relatos y videos aportados por el equipo de CQC.