Opinión: Papel picado

Un poco más de un lustro demoró la causa federal más importante del centro norte de la provincia en transitar, tal vez, su paso más importante. Los defensores de los represores aún pueden solicitar la nulidad, pero el conjuez ya decidió rechazarla in limine si eso sucede.
22-01-2008 |
Autor: Héctor M. Galiano · Fuente: Notife

Un poco más de un lustro demoró la causa federal más importante del centro norte de la provincia en transitar, tal vez, su paso más importante. Los defensores de los represores aún pueden solicitar la nulidad, pero el conjuez ya decidió rechazarla in limine si eso sucede.

Además de todo lo ya escrito sobre el asunto, creo oportuno detenerme en algunas cuestiones que representan serias deudas de la democracia, las instituciones que le dan vida y los dirigentes que la componen, día a día.

Que quede en claro, la causa Brusa adelantó un paso enorme pero hay, entre aquél comienzo en 2002 y el auto de elevación a juicio de hoy, aristas juntas y por sí solas, preocupantes. Además, es una causa entre otras decenas de denuncias que aún se tramitan en la Justicia Federal.

Aclarado, detallo algunas de esas alertas referidas anteriormente:

La causa se abre por una denuncia de un fiscal porteño. En Santa Fe, primero se excusó el juez Miño por su relación anterior con Brusa. Luego la (ahora ex fiscal) doctora Griselda Tessio. Hubo más bajas, su reemplazante natural Cintia Gómez y el secretario de la Fiscalía 1, Alejandro Luengo. El expediente fue luego tramitado por el juez Rodríguez (luego apartado por Casación). Fue elevado a juicio por un conjuez sorteado a principios del año pasado (que la ordenó e impulsó de manera notable) y el fiscal ad hoc Eduardo Grioglio, un funcionario de carrera de la Justicia Federal.

El abrigo que algunas instituciones de la democracia les dio a algunos de los imputados fue notable:

El “Curro” Ramos fue empleado del Concejo Municipal de Santa Fe y varias veces candidato a concejal por el Partido Justicialista.

Facino fue presidente comunal de San José del Rincón en dos períodos, también representando al peronismo, el partido más perseguido por las bestias.

El “Pollo” Colombini fue Director de Drogas Peligrosas de otro gobierno pejotista.

Brusa fue juez federal gracias a las operaciones de Luis Rubeo padre y Liliana Gurdulich desde sus bancas en el Congreso nacional, hace ya varios años. Pero Brusa también fue ungido juez por sus buenas migas con sectores de la corporación judicial – policial.

Nicolás “el Teté” Correa fue asesor de seguridad del ex gobernador Obeid, el mismo que creo en su gestión la Secretaria de Derechos Humanos. Paradojas. José Bernhardt fue dos veces funcionarios de Obeid, en los ochentas fue integrante del Batallón de Inteligencia 601. Más paradojas.
José María Vernet tenía óptima relación con la Marina y Reviglio nombró en cargos públicos a personas acusadas ante la Conadep.

Más cerca en el tiempo, el cura Ricardo Mazza celebró misas de reconciliación, organizadas por la mujer de Ramos. No es causal, el “curro” se entregó a la INTERPOL en el Arzobispado santafesino en el 2002, cuando Storni era el jefe católico.

Cincuenta santafesinos fueron agentes civiles de inteligencia del Ejército durante la dictadura. Uno de ellos está detenido, “Quique” Barcos, quien hasta no hace mucho fue uno de los capos de la estructura orgánica de la UOCRA en Santa Fe.

¿Por qué ellos se reciclaron en la democracia?.

Los partidos políticos no han hecho, en Santa Fe, autocríticas de sus roles en la peor de las noches de nuestra historia. El PJ nunca aclaró por qué anidó a tantos denunciados por delitos de lesa humanidad, tampoco los otros.

En plena investigación de la causa Brusa, manos anónimas dejaron un ataúd con restos óseos humanos en la puerta de LT 10. Nadie sabe quién fue, menos la policía. Fue en pleno verano, un domingo, a la nochecita. Tampoco hubo testigos. Malas coincidencias.

La sociedad santafesina se debe un debate sobre el asunto. Funcionarios judiciales inhibidos o excusados, otros separados. Políticos que bancan a denunciados – imputados, misas reconcialiadoras y comentarios sin empachos (“malditos derechos humanos”, ante cualquier discusión light sobre la inseguridad, o “no podemos seguir discutiendo el pasado eternamente”, salido hasta de bocas de reconocidos personajes formadores de opinión) revelan, ni más ni menos, la representación de una sociedad avestruz. Recuerdo una expresión de Carlos "Indio" Solari, el cantante de los Redonditos de Ricota: “un día descubriremos que todo el papel picado no alcanzará a tapar tanta mierda”.

Habrá que decir que el día de hoy es un día de reivindicación para todos los denunciantes que lucharon sin desmayos, incluso en épocas de miedo y proclamas militares amenazantes. A ellos le debemos el buen ejemplo que nos regalan, para que un día, la mierda no nos tape a nosotros y a nuestros hijos. Y para que el papel picado no sea cinismo y encubrimiento, sino alegría.