Obeid dijo que en derechos humanos "hay que investigar todo". Ratificó su decisión política de expropiar "La Calamita"

Obeid dijo que desconocía los antecedentes de Correa

Fue el segundo de la Subscretaría de Seguridad Pública en su primer gobierno. Nicolás Correa era suboficial del Destacamento de Inteligencia Militar de Santa Fe en los `70 y ahora está procesado por delitos de lesa humanidad.
Rosario 12/J.C.T.

El ex suboficial del Destacamento de Inteligencia Militar 122 de Santa Fe, Nicolás Correa, fue el número dos de la Subsecretaría de Seguridad Pública de la provincia durante los cuatro años del primer gobierno de Jorge Obeid, entre 1995 y 1999. Hoy está procesado por delitos de lesa humanidad y bajo arresto domiciliario en su casa del barrio Candioti. "Sinceramente desconocía estos antecedentes. De todas maneras me parece muy bien que la justicia federal investigue hasta las últimas consecuencias todos los casos de violaciones a los derechos humanos", se justificó el gobernador. Correa llegó a la Casa Gris de la mano de su amigo, el entonces ex subsecretario de Seguridad Pública, teniente coronel (r) José Bernhardt, hoy subsecretario de Emergencias de la provincia. Bernhardt también fue jefe del Destacamento de Inteligencia Militar 122, pero en otra época, en 1995, antes de su desembarco en elenco de Obeid.

Un ex funcionario de su primer gobierno, Nicolás Correa, está preso por delitos de lesa humanidad. ¿Usted conocía esos antecedentes o los ignoraba? preguntó Rosario/12.

Los ignoraba absolutamente. De todas maneras me parece muy bien que la justicia federal investigue hasta las últimas consecuencias todos los casos de violaciones a los derechos humanos. Muchos de los que hoy están involucrados en estas causas eran oficiales en actividad en la Policía de la provincia cuando yo asumí mi primera gestión y designé ministro de Gobierno al doctor Rosúa. Y lo habían sido durante muchos años después de terminada la dictadura (durante los mandatos de los ex gobernadores José María Vernet, Víctor Reviglio y Carlos Reutemann, entre 1983 y 1995). Pero fue finalmente nuestro gobierno, y en esto me honro, el que los separó de los cargos que ocupaban dijo Obeid al recordar la ley antirrepresores, como se conoce a la ley 11.511 que promulgó el 18 de noviembre de 1997, y la purga posterior que declaró en disponibilidad a los ex comisarios Alberto Julio Vitantonio, Ramón Telmo Alcides Ibarra, José Rubén Lo Fiego, Carlos Norberto Moore, José Carlos Scortechini y César Heriberto Peralta.

¿Pero quién le llevó a Correa a la Subsecretaría de Seguridad Pública?
Fue un funcionario de segunda línea que se desempeñó en Ministerio de Gobierno, pero de ninguna manera tuvo una actuación especial dijo el gobernador.
Una respuesta diplomática en la que evitó mencionar a Correa por su apellido y comprometer a quien en los corrillos de la Casa Gris se reconoce como su padrino político: el teniente coronel Bernhardt.

¿Qué sintió el día que dejaron un cajón con restos humanos en las puertas de la emisora LT10 y una amenaza macabra contra el juez federal de Santa Fe, Reynaldo Rodríguez?
Una gran preocupación, un gran dolor. Le hice llegar mi solidaridad al doctor Rodríguez a través del ministro de Gobierno, doctor Rosúa, quien lo visitó personalmente. Me parece un hecho aberrante que he condenado y condeno con todas mis fuerzas.

Hasta ahora no hubo avances en la investigación ¿Cree que el caso va a quedar impune?
Espero que no. Sinceramente, espero que se encuentre a los culpables.

¿Cuándo se inaugura la Plaza de la Memoria en la sede del gobierno en Rosario?
Cuando logremos que las empresas aceleren los tiempos. Yo visito el predio casi todas las semanas y me imagino que al regreso de mi viaje a China, los trabajos ya van a estar lo suficientemente avanzados como para que podamos inaugurarlos. La idea es que allí funcione un patio cívico y un Museo de la Memoria que estamos diseñando junto con los organismos de derechos humanos y las propias ex detenidas (en la Alcaidía Mayor de la Jefatura de Rosario. Queremos que sea un testimonio del gobierno de Santa Fe a la memoria de las víctimas de la dictadura militar.
Obeid ratificó también la decisión política de expropiar La Calamita, una quinta en las afueras de Granadero Baigorria que funcionó como centro clandestino de detención de la dictadura. "Todo lo que tenga que ver con preservar la memoria va a contar con nuestro apoyo", dijo. La iniciativa se remonta a los últimos años. El 27 de abril de 2001, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, pidió al ex gobernador Reutemann que compre la vieja bodega para "preservarla como lugar de la memoria", pero no tuvo éxito a pesar de que el predio estaba en venta. Tres años después, el 14 de agosto de 2003, el ex diputado socialista Eduardo Di Pollina acompañado por legisladores de su partido, la UCR y el PJ presentó un proyecto de expropiación de La Calamita que la Legislatura sancionó el 13 de noviembre de ese año. Reutemann en el final de su mandato dejó pasar la oportunidad de promulgar la ley que ya entonces tenía número: 12.192, por lo que le tocó hacerlo al propio Obeid el 15 de diciembre de 2003, a cinco días de su retorno a la Casa Gris.

-¿Está dispuesto a preservar La Calamita?. Hay ley de expropiación del predio, pero ya tiene un año y medio y se ha hecho muy poco-, le recordó este diario.
Lo dije el 24 de marzo: nosotros debemos construir el futuro desde la memoria. De manera que todo lo que tenga que ver con preservar la memoria mirando hacia el futuro va a contar con nuestro apoyo contestó el mandatario. En un decreto reciente, Obeid encomendó también a su secretario de Derechos Humanos, Domingo Pochettino que se encargue de avanzar en la expropiación de La Calamita.

¿Qué piensa del proyecto de ley que discute el Congreso de la Nación para indemnizar a los exiliados políticos durante la dictadura militar?
Yo en su momento fui beneficiario de la ley que estableció una reparación económica a los detenidos políticos durante el proceso militar. Este nuevo proyecto da un paso más para reparar a las víctimas de la dictadura. Pero como siempre ocurre, abre una polémica: ¿qué pasa con los que se quedaron en el país y sufrieron acá?.