El juez federal santafesino, Víctor Brusa fue acusado por una ex detenida-desaparecida que prestó testimonio ante el juez Garzón asegura que asistía a las torturas. Ella tambien hizo un pedido de Juicio Politico.

ACUSARON EN ESPAÑA A UN JUEZ FEDERAL ARGENTINO

Víctor Hermes Brusa, juez federal de Santa fe, será imputado con gravísimas acusaciones en el juicio por las desapariciones en la Argentina que lleva adelante el juez español Baltasar Garzón.El magistrado recibió ayer un dramático testimonio contra el juez argentino, por parte de Patricia Isasa, quien fue detenida en 1976 cuando era una estudiante secundaria de 16 años.
CLARIN.- JUAN CARLOS ALGAÑARAZ. Madrid Corresponsal

La testigo también presentó un amplio informe que identifica con toda precisión a las víctimas, así como una lista detallada de los represores con sus nombres, grado y acciones criminales que cometieron. Isasa explicó al magistrado español que había sido conducida a varios de los seis campos clandestinos de detención, tortura y exterminio que existían en Santa Fe. En uno de ellos tuvo contacto directo con Brusa, quién se hacía pasar por psicólogo, aunque era secretario de un juzgado federal de Santa Fe.

Brusa fue designado juez durante la gestión del menemismo y los diputados Alfredo Bravo y Elsa Fernández de Combes, han pedido su juicio político para destituirlo. El formaba parte de la estructura represiva, sostuvo Patricia Isasa, y le he entregado a Garzón una amplia documentación no sólo sobre mi caso sino acerca de otros cuatro sobrevivientes que también tuvieron contacto directo con él .

El abogado querellante, Carlos Slepoy, informó a Clarín que la semana que viene vamos a solicitar a Garzón la imputación de Víctor Hermes Brusa y tenemos la plena convicción, por la gran cantidad de pruebas y testimonios directos, que el juez accederá a nuestro pedido.

Fui una militante muy de base del Centro de Estudiantes de la Escuela Industrial Superior. Nunca pertenecí a ninguna organización política, explico Patricia Isasa a Clarín.Me tuvieron en varios campos clandestinos. En la comisaría cuarta, cuyo jefe era el comisario Mario José Fasino, fui torturada muchas veces. Todas las mujeres que pasaron por esta comisaría no solo sufrieron tormentos sino toda clase de abusos sexuales, vejaciones y violaciones.La testigo explicó que después fue trasladada a la Guardia de Infantería Reforzada, otro centro clandestino.

Un día vino a verme Víctor Hermes Brusa y me dijo que era un psicólogo que venía a ayudarme. Yo le creí. Le explique que me habían torturado en forma atroz, que estaba enferma sin atención médica y que estábamos en unas condiciones de vida lamentables, apiñados, con un solo baño para todos, sucios....El se mostró comprensivo. Le dije -continuó Isasa- que durante tres meses, era octubre de 1976, había estado encapuchada y en cuclillas la mayor parte del día. Le rogué que avisara a mi familia que estaba viva y que les comunicara donde me encontraba.Entonces, narró la mujer, Brusa comenzó a reírse, a burlarse de mí y amenazarme. Abandonó el papel del psicólogo. Yo no vine a escuchar estas pavadas. Contáme qué hacías en el Centro de Estudiantes. Y dá gracias de estar viva, le dijo.

Varias veces más lo ví a Brusa cuando iba a interrogar a otras compañeras. Todas le tenían mucho miedo. Comentaban que era una persona sádica, siniestra, siempre cínico. Después de amenazarte, le gustaba dar patadas de karate en el aire, cerca del cuerpo o la cabeza. No les pegaba, pero así las obligaba a firmar lo que quería. Te sacaban y te llevaban a una habitación especial, explicó a Clarín.

Otro grupo de chicas fueron secuestradas de la cárcel de Devoto y las llevaron a la comisaría cuarta de Santa Fe donde las tortura. Allí aparecía Brusa, que estaba presente cuando los tormentos. De todo di testimonios a Garzon, añadió.

La testigo fue puesta en libertad en setiembre de 1978. Pero en julio de 1979 la volvieron a secuestrar. Me llevaron otra vez a la Guardia de Infantería Reforzada cubierta con una capucha. Me amenazaron mucho, pero no me torturaron. Reconocí, muy clara, la voz de Brusa. Exigía que no hiciera ninguna declaración ante la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos..

Patricia Isasa volvió a encontrarse con Brusa cuando ya era juez federal.

Vive a la vuelta de la casa de mis padres. Me crucé con él por casualidad. ­Usted no tiene vergüenza!, le dije en la cara. No me respondió una sola palabra. A otros sobrevivientes que se lo han encontrado les ha sucedido lo mismo. El no contesta a las acusaciones de quienes fuimos sus víctimas aunque las reconoce de inmediato, sabe perfectamente quiénes somos, explicó la testigo a Clarín.