Era juez federal en Santa Fe. Tuvo un incidente en su lancha con un nadador. Le hicieron juicio y estorbó el expediente. Y lo echan por ese episodio. Aunque había sido acusado de avalar torturas en la dictadura.
Víctor Hermes Brusa, el funcionario judicial que recorría centros clandestinos de detención en los 70 y que llegó a juez federal en los 90, fue destituido ayer.
CLARIN- DANIEL GUTMAN
Su talón de Aquiles no fue, sin embargo, ese pasado, sino las maniobras que diseñó para estorbar una causa judicial en la que se investiga si fue él quien, al mando de una lancha, atropelló a un nadador en noviembre de 1997.rusa se convirtió en el primer juez removido por el Jurado de Enjuiciamiento.
El Jury opinó que, como la designación de Brusa como juez fue posterior a su actuación en la represión ilegal, destituirlo por ese motivo hubiera constituido una revisión inconstitucional de lo resuelto en su momento por el Poder Ejecutivo y el Senado.
El tribunal también desechó el cargo del descrédito que sufre Brusa en la sociedad santafesina, porque esa causal no figura en la Constitución como motivo para destituir a un juez.El accidente de lancha se convirtió así, para muchos de los integrantes del Consejo de la Magistratura que acusó a Brusa y del Jurado que lo juzgó, en una especie de camino alternativo para llegar al objetivo, que era la destitución.
TEORIA AL CAPONE
Otra versión de la teoría Al Capone, según algunos consejeros que ayer estaban muy satisfechos.El Jury fue creado en la reforma constitucional de 1994; está integrado por tres jueces, tres legisladores y tres abogados; y cumple la función que en toda la historia institucional argentina había estado a cargo del Senado. El titular del Jurado es el vicepresidente de la Corte Suprema, Eduardo Moliné OConnor.El accidente que fue el principio del fin para Brusa ocurrió el 8 de noviembre de 1997, en la laguna Setúbal de Santa Fe. Ese día, una lancha pasó por encima al nadador Héctor Pedernera y enseguida algunos testigos apuntaron al juez.De acuerdo con la resolución, entre las maniobras que realizó Brusa a partir de ese momento para estorbar la investigación, figuraron:
1.haberle pedido a personal de la Prefectura que le arreglaran el asunto; 2.haber retenido en su juzgado el expediente durante más de un día; y, posteriormente, 3.haber designado como su abogado al ex esposo de la jueza que recibió la causa, para obligarla a excusarse.
Con total independencia de que Brusa resultare autor o no del hecho, lo cierto es que la conducta observada por el enjuiciado con posterioridad a tal suceso resulta impropia e incompatible con el comportamiento que corresponde desplegar a un juez de la Nación, dice el fallo.
LO MAS DURO
Lo más duro de la resolución estuvo en los fundamentos que expuso Juan César Penchansky. Este, representante en el Jurado de la corporación de abogados, criticó a las autoridades que propiciaron la designación como juez Federal de un personaje con los antecedentes de Brusa.El voto de la mayoría de los senadores que decidió prestar acuerdo para la designación de Brusa no privilegió los requisitos de idoneidad e independencia propios del perfil de un juez de la Nación, dijo.
Penchansky atacó al menemismo, que en 1993 impulsó el nombramiento de Brusa: En sintonía con su jefe político (Carlos Menem), los senadores de la mayoría infligieron una grave ofensa a la conciencia moral de la sociedad argentina, del mismo modo que antes aquél lo había hecho al indultar a los responsables del genocidio y los años de horror que vivió la Nación desde comienzos del año 1970.
Por su lado, el camarista Gabriel Chausovsky encontró un patrón común entre las actitudes del hombre acusado de hacer firmar declaraciones arrancadas bajo tortura y que 20 años después desvió una investigación judicial en su contra.Su proceder a partir del accidente ocurrido en la laguna Setúbal revela una actitud derivada de un sentimiento de impunidad que guarda relación con las antiguas y graves denuncias formuladas, consideró Chausovsky.Aquellos vientos -resumió- trajeron estas tempestades.