EXTRADICION: EL EX JUEZ Y 17 REPRESORES EN LA MIRA DE ESPAÑA

El juez Cavallo dispondría sus detenciones a partir del pedido del juez español Baltasar Garzón, quien luego pediría la extradición.
PAGINA 12/Por Victoria Ginzberg

El ex magistrado Víctor Hermes Brusa y los marinos Fernando Enrique Peyón, Raúl Enrique Scheller y José Antonio Suppicich quedarían detenidos entre hoy y mañana. El juez federal Gabriel Cavallo ordenaría su arresto, junto con el de otros catorce represores, de acuerdo con el pedido de captura que emitió el juez español Baltasar Garzón. Cavallo ya puso a disposición de su juzgado al ex general Guillermo “Pajarito” Suárez Mason –que está preso por robo de bebés–, que fue requerido por la Justicia alemana.

El pedido de detención que llegó desde Madrid a través de Interpol fue librado el 21 de agosto pasado. Garzón reclamó el arresto de 18 personas -doce represores de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y seis de la provincia de Santa Fe– por los delitos de “terrorismo desarrollado en base a múltiples muertes, lesiones, detenciones ilegales, secuestros y desaparición forzada de personas; y genocidio”. Son acusados que no estaban incluidos en la nómina de 48 militares que fue cajoneada a principios del año pasado por el entonces juez Gustavo Literas, de acuerdo con el entonces ministro de Justicia y Derechos Humanos, Ricardo Gil Lavedra.

Cavallo resolvió ayer una recusación que había hecho en su contra uno de los imputados, cuestión que debía ser saldada antes de tomar una decisión sobre las detenciones. Luego de que los represores sean arrestados, España debería iniciar formalmente el juicio de extradición. En ese proceso intervendrá el Ministerio de Relaciones Exteriores y es de esperar que rechace la solicitud de Garzón, tal como ocurrió cuando la Justicia italiana reclamó el juzgamiento de Alfredo Astiz en Roma por los asesinatos de Juan y Susana Pegoraro y Angela María Aieta. Pero si el Gobierno mantiene la posición que tuvo con Astiz, debería girar las denuncias a la Justicia. De hecho, el convenio entre la Argentina y España establece en su artículo 7 que “si la parte requerida no accediere a la extradición de un nacional por causa de su nacionalidad, debería someter el asunto a las autoridades competentes a fin de que pueda procederse judicialmente contra aquél”. En ese caso, las causas no recaerán directamente en Cavallo sino que irán a sorteo.

EX JUEZ Y LOS 5 POLICIAS SANTAFECINOS
Brusa, que figura en la lista de Garzón, fue destituido de su cargo de juez federal en Santa Fe, luego de que ocho ex detenidos se presentaron ante el Consejo de la Magistratura para relatar que el hombre –cuando era empleado en el mismo juzgado– los obligaba a que firmaran declaraciones obtenidas bajo tortura. La destitución del ex magistrado no fue fundada en su comportamiento durante el terrorismo de Estado porque los legisladores que lo designaron conocían su legajo. El Consejo de la Magistratura y el Jurado de Enjuiciamiento se basaron que en 1997 Brusa atropelló con su lancha y dejó sin asistencia a un nadador. Pero los antecedentes de complicidad con la dictadura fueron cruciales para definir su salida del poder judicial. El ex magistrado es civil, es decir, que si la Justicia argentina decide investigarlo estaría excluido de los beneficios de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final que, por otro lado, Cavallo declaró inconstitucionales.
Cavallo ya ordenó que Suárez Mason quede a su disposición, de acuerdo con la solicitud del tribunal de Nuremberg. En ese caso, el proceso se tramitará de acuerdo con la ley de extradición porque no existe convenio entre ambos países. Suárez Mason está acusado por el “secuestro, tortura y homicidio calificado por alevosía” de Elisabeth Käsemann. El 26 de mayo de 1977, Pajarito informó públicamente de un “enfrentamiento” en el que murieron 16 personas, entre ellas, cuatro mujeres. Una de ellas era Elisabeth. Su padre, el teólogo Ernst Hainrich Friederich Käsemann, viajó a Buenos Aires para recuperar los restos de su hija y denunció que tuvo que pagar 22 mil dólares para que le entregaran un cuerpo sumamentecastigado: no tenía cabellos ni ojos. La autopsia realizada por los médicos forenses de Tübingen demuestra que le dispararon a corta distancia y por la espalda.